OTRAS
SENSACIONES
Al igual que los comediantes de la
Edad Media, otra vez nuestro grupo de teatro llegó con su furgón cargado con los
trastos de decorado y atrezo y, al igual que aquellos cómicos –que por cierto, no podían
ser enterrados en sagrado– nos pusimos a la tarea de vestir el espacio dónde iban a
desenvolverse nuestros personajes. Una vez más,acertamos a dejar al frío y negro
escenario transformado en un acogedor saloncito.
definitivamente cuando el telón se
cerrara, entre los aplausos generosos de un
público, por cierto, desconocido
totalmente para nosotros.
Llegué a mi casa y vi. sobre la
mesa de mi despacho, el libreto de otra obra de teatro,lista para ser interpretada.
Entonces me sentí como deslizándome por una superficie de Möbius: allí dónde se termina,
es exactamente el punto en dónde se vuelve a empezar. Aquellos personajes que
me pareció ver que se evaporaban en el escenario,se condensarían de nuevo,
transformados en otros a los que otra vez daríamos vida y de nuevo llenarían unos escenarios
que volveríamos a montar y desmontar … Como auténticos cómicos. Como lo que
pretendemos ser.
Otra vez me volvería a encontrar
con los compañeros con los que, durante un año, me reuní para la divertida misión de
dar vida a aquellos seres míticos. Con personas con las que tan bien me lo pasé,
ensayando la mejor manera de ser auténticos “otros”. En fin, no tenía ninguna razón para
sentirme triste: todo volvería a empezar de nuevo
.
Gracias, amigos.
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