LA PARROQUIA DE SAN MIGUEL DE CHAMARTÍN Y EL TEATRO
Por José Ignacio Pradera
En mi
despedida como director ejecutivo del Teatrillo de Chamartín, aunque continúe
en el equipo de dirección y como responsable del Grupo ante la Parroquia, me
vais a permitir que cuente brevemente, la historia de la relación entre el
teatro y la parroquia.
Comenzó a
primeros de la década de los 80, cuando un aficionado al teatro, propuso al
párroco, realizar con los jóvenes de la parroquia una versión del musical, que
estaba triunfando en el mundo, JESUCRISTO SUPERSTAR, con las canciones en play
back.. La representación fue un éxito y
el comienzo de una larga relación entre la parroquia y el teatro.
Posteriormente,
al final de esa década, un grupo de teatro, “Napoleón en Chamartín”, ofreció realizar una función a favor de Cáritas
parroquial, con LA VIDA EN UN HILO, de Edgar Neville y posteriormente con LA
ROSA TATUADA, de Tennessee Williams,
obra que se acababa de representar en el Teatro Alcázar de Madrid, con
Concha Velasco de protagonista.
En el año
1989, se creó en la parroquia un grupo de misiones, en el que yo formaba parte
y ante la petición de colaboración de una misionera, propusimos al párroco,
celebrar un Festival en Navidad, para recaudar fondos a través de la rifa de
tres cestas de navidad. Tanto el festival como la rifa, fueron un éxito. En el
festival, participaron feligreses y constó de diversas actividades, una de las
cuales fue el teatro
Y el
festival quedó para siempre, y el teatro se convirtió en la atracción
principal. Lo que empezó con unos entremeses de Miguel de Cervantes, de quince
minutos de duración, se fueron convirtiendo en representaciones, con duración
de 30 a 45 minutos. Lo que empezaron siendo ensayos de un mes, se convirtieron
en ensayos de tres meses.
Y decidimos,
extender esta labor social a residencias de ancianos, hospitales, para a través
del teatro, tratar de aliviar su soledad y su enfermedad, en unas fechas tan
señaladas.
La dirección
del grupo, la compartíamos Herminio Menéndez y yo, que al mismo tiempo también
ejercíamos de actores.
En el año
2009, representando en una residencia en
San Lorenzo de El Escorial, al final de la misma se me acercó
un señor que se presentó como el director del Centro cultural de El Pardo y nos
ofreció actuar en el Centro, ya que le había gustado mucho la representación,
Y ahí se
produjo la revolución. Sin dejar de seguir realizando la labor social en las
residencias de ancianos se nos daba la oportunidad de ampliar nuestra actividad
y la labor social en un escenario y con un aforo de 180 localidades.
Lo primero
que hicimos es crear un nombre artístico, pues en esos centros dependientes del
Ayuntamiento de Madrid, actuaban compañías semi- profesionales. De ahí surgió
el nombre del Teatrillo de Chamartín, aunque en el programa de mano, se hacía mención a la labor social de la Parroquia.
La siguiente
decisión fue nombrar un director del grupo, con la condición que no fuese actor
y se decidió que Herminio continuase como actor y director de los Festivales de
Navidad y yo, me convirtiese en el
director
Otra
consecuencia fue, que teníamos que llevar decorados y la parroquia, que ya nos cedía un salón para ensayar, nos
acondicionó un lugar para almacenarlos.
Por último
tuvimos que modificar la programación y elegir obras representativas,
fundamentalmente comedias, dado que el público era de edad avanzada,
Elegimos para la presentación la obra de Alfonso Paso,
“Los pobrecitos” y tuvimos un gran éxito, con lleno total y un público que aplaudió cada mutis y nos ofreció una gran ovación al terminar la representación.
El director
del centro, estaba entusiasmado y nos
abrió el camino, hacia otros centros e hicimos seis representaciones más en ese
año.
Desde
entonces, cada año presentamos una nueva obra, de autores tan importantes como
Miguel Mihura, Carlos Llopis, Víctor Ruiz Iriarte, Alejandro Casona, Jorge Llopis,
José López Rubio. Hemos actuado en casi todos los centros culturales de Madrid, con una
media de 14 representaciones anuales.
La pandemia,
frenó nuestra labor social, que vamos a reanudar, el viernes 3 de diciembre a
las 19 horas, en el Centro cultural Alfredo Kraus representando la obra de
Miguel Mihura, “La decente”, con la que esperamos seguir haciendo felices
durante un par de horas, al público asistente.
Aunque
parcialmente retirado, llevo y llevaré siempre, dentro de mí, al Teatrillo de
Chamartín y a la parroquia de San Miguel de Chamartín, que me han dado la
oportunidad de colaborar, durante más de 30 años en una labor social tan
valiosa como gratificante.
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